viernes, 18 de diciembre de 2009

500 días con Summer

Una hora y treinta minutos de como una relación puede girar 180 grados y no darte un grado positivo más.

Que pasa cuando no depende de uno? No es un tema de esfuerzo, no es un tema de intentar cambiar, mejorar. Prestar atención en los pequeños detalles, acompañar, vibrar, ocultar.
Es cuando simplemente... cambia. Todo se transforma.

Y eso inquieta. Porque lo que no podemos controlar, es lo más fuerte e impotente que nos puede pasar. Es eso latente, como una espina que no se va a quitar nunca. Y va a estar ahí, siempre.
Es algo que se tiene que guardar en una caja y apilar en el altillo, bajar de ahí y seguir recorriendo la casa pero con una oreja atenta al timbre de la puerta.

Ya no se tratá de entender que paso, porque no hay razones. Y la razón es lo que nos diferencia de los animales. Poder pensar, hablar, aprender, comunicarse. Poder sentir. Y entender.

Pero esa razón no existe. Y nos encontramos como en la jungla sin saber para donde correr porque todos los caminos son inciertos para uno. O como en el oceano que sabemos que tenemos que remar para poder respirar 1 día más y que cada dirección no tiene sentido para nosotros porque no sabemos que habrá allí. Aunque lo único que sabemos, es que no podemos quedarnos ahí solos. Y ahí es cuando nos damos cuenta que somos más frágiles que una rama y más sensibles que el algodón.

Es un pasado que se vive como algo incierto y sin futuro, que en su momento se disfruta el doble, el triple o más. Como cuando sos chico, estás en una montaña rusa. Sin preocupaciones. Simplemente agradeciendo cada momento compartido o solo, esperando que se pasen esas horas para volver a comprender que no podemos estar solos en este mundo, ciudad u hogar. Es como un karaoke, pero sin la letra. El sonido puede ser hermoso, pero es la letra lo que acompaña y te hace saltar, estallar. Es la compañia ideal.

Lo cierto es que durante esa etapa todo parece perfecto. Todo acorde y en su lugar. Como un reloj calibrado a la perfección por más que su cuerpo sea cuadrado.

Y es por eso que no podemos mirar atrás, cerrar los ojos y extrañar. Porque cuando termina el Verano, comienza el Invierno y es un cambio de 180 grados que tampoco podemos controlar.

Será hasta un nuevo post!

2 comentarios:

  1. hola hobbit! che muy bueno lo q estas posteando...segui asi!!
    te mando besos
    andrea cuzzolino

    ResponderEliminar
  2. bien ahí enano enamoradizo.

    te mando un abrazo!
    gustavo

    ResponderEliminar